jueves, 24 de febrero de 2011

Hogar verde habitación por habitación: La cocina



La cocina es el centro de un hogar, es el lugar donde preparamos la comida, donde cuidamos la salud de la familia y también del planeta, por esto es un espacio clave de toda casa ecológica.



1. Lo primero que hay que tener en cuenta es el tipo de energía con la que prepararemos los alimentos. Vamos a dejar a parte la cocina solar, que es indudablemente la mejor opción, pero no está al alcance de las posibilidades reales de la mayoría de nosotros, por ahora. Entre las opciones de estufas están las que utilizan gas y las que funcionan con electricidad, si la empresa que suministra la electricidad en nuesta región pudiera garantizar que la energía procede exclusivamente de parques eólicos, instalaciones hidráulicas, centrales fotovoltaicas o cualquier otra fuente renovable y limpia, las estufas que calientan a través de electricidad serían la mejor opción; pero como, al menos en México, nadie puede garantizarnos eso, entonces optaremos por las estufas de gas. Sin embargo, no debemos olvidar que el gas es un recurso natural no renovable y que está relacionado con la salvaje explotación petrolera, además, al utilizar gas se emite dioxido de carbono, el principal causante del efecto invernadero, y monóxido de carbono un gas tóxico que puede resultar peligroso en el hogar, por lo tanto, debemos utlizarlo con precaución y con mucha consciencia evitando desperdicios y gasto innecesario.



2. Consejos para ahorrar. Se cual sea el modelo de estufa elegido podemos aplicar los siguientes consejos para ahorrar energía:

- Al cocinar, se debe procurar siempre que el tamaño de la olla o sartén sea lo más cercano posible al de la placa de la cocina. Así no se desperdicia calor.

- Para conseguir esto mismo es fundamental que los materiales de los que están hechas las ollas o sartenes sean buenos conductores de calor y que lo acumulen, como el acero o el hierro. Si se pone la tapa al recipiente, se aprovecha más el calor.

- Es recomendable que los fondos de los sartenes y ollas sean completamente planos para que entren en contacto con el calor en toda su superficie.

- También se debe reducir el fuego al mínimo cuando se haya alcanzado el punto de ebullición. Esto es aconsejable para los alimentos que contienen gran cantidad de líquido, como las sopas y caldos.



3. Los muebles de nuestra cocina. La mejor opción es la madera siempre y cuando proceda de bosques sostenibles, cualquier otro material implica mucha contaminación y gasto de agua para su elaboración.

4. El refigerador. Es el electrodoméstico que más energía consume después del aire acondicionado. Afortunadamente, se ha avanzado mucho tecnológicamente y los refrigeradores de hoy gastan 40% menos energía que los de hace sólo 7 años. Debemos elegir uno que entre sus especificaciones tenga una alta eficiencia energética con una certificación ecológica que avale esto. El tamaño debe ser el suficiente para cubrir las necesidades de la familia, no más grande. Para mejorar su funcionamento debe colocarse de manera que pueda pasar aire por detás -o sea, no pegado totalmente a la pared- y alejado de cualquier fuente de calor -como la estufa-.



5. Bacterias bajo control. La idea de que la cocina debe estar libre de bacterias se ha convertido en una obsesión social. Los fabricantes de detergentes lo saben y no pierden oportunidad para promocionar sus productos antibacteriales. Pero los esfuerzos son casi siempe inútiles porque las bacterias viven a sus anchas incluso dentro de los refigeradores, en las esponjas y en los trapos de cocina aunque se les apliquen los detergentes más agresivos. En realidad los problemas sólo surjen con determinadas bacterias como la salmonela. Sobre esta cuestión podemos tomar en cuenta los siguiente:

- Los detergentes antibacteriales no son tan eficaces; es más, a veces favorecen la aparición de bacterias más resistente. Además, los ingredientes antibióticos como el triclosán, pueden resultar tóxicos.

- Los productos ecológicos, menos agresivos, eliminan las grasas y las proteínas, lo que es suficiente para erradicar alrededor del 90% de todos los gérmenes en la cocina.

- Es necesario tirar las verduras y frutas podridas, el pan y cualquier alimento al menor rastro de moho.

- Los gérmenes encuentran condiciones óptimas para reproducirse en los trapos y esponjas, por lo que es conveniente mantenerlos limplios y secos. Debemos usar un trapo para las manos, otro para los trastes y otro para las superficies.

- La verdadera amenaza viene de las carnes y huevos pues por medio de ellos puede entrar la salmonela a nuestra cocina. Cualquier superficie que haya estado en contacto con carne cruda -roja o blanca- o huevos debe ser lavada minuciosamente.



Hasta aquí con la cocina, espero que podamos poner en práctica estos consejos y que nos aseguremos de que todo lo que hagamos en nuestra cocina sea lo más amigable con el medio ambiente que podamos.

La próxima publicación de esta serie estará dedicada al baño. Hasta entonces.



Fuente: Revista Integral Extra no.3 "Guía de la casa sana y sostenible"
Imágenes: Corbis

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