lunes, 25 de octubre de 2010

Consumir responsablemente



En anteriores publicaciones hemos hablado de la importancia de "las tres erres" (reciclar, reducir, reusar) y del papel que juegan en la formación de nuestra conciencia ecológica, pero nuestro deseo de cuidar el medio ambiente debería iniciar antes, es decir, al momento de comprar esos productos que estamos reciclando, reduciendo y reusando. A eso se le llama consumo responsable, porque adquirimos nuestros productos pensando en su origen, uso y destino que habrán de tener cuando acabe su vida útil.

Si queremos consumir responsablemente, es necesario tomar en cuenta dos aspectos antes de comprar cualquier producto: la conservación del medio ambiente y la igualdad social. Evidentemente, es importante que compremos artículos amigables con el medio ambiente pero si sabemos que dicho artículo se produjo en fábricas de países donde predomina la esclavitud laboral y la explotación infantil, deberíamos considerar buscar otras opciones. Si tomamos medidas para cuidar el planeta, las plantas y animales, suena lógico que procuremos proteger a nuestros semejantes: los seres humanos; y una manera de hacerlo es no contribuir a través de nuestro consumo con prácticas de abuso y maltrato.

El libro verde de las compras advierte:
Millones de personas en todo el mundo trabajan en condiciones infrahumanas por un sueldo que a penas cubre sus necesidades básicas. Procura que los productos que compras no hayan sido fabricados a costa de otros comprobando la política ética de los fabricantes.


Lo ideal es que sean empresas adheridas al Pacto Mundial -que es la red internacional más reconocida de organizaciones socialmente responsables- u otras iniciativas afines.

Algunos consejos prácticos para un consumo responsable son:

- Antes de comprar algo, reflexiona detenidamente si realmente lo necesitas o si solo te estás guiando por la publicidad.

- Si te decides a comprar algo, averigua muy bien de qué materia prima se fabrica, en qué forma su proceso de fabricación impacta al medio ambiente y si genera algún daño o injusticia social.

- También considera qué impacto al medio ambiente tiene el uso de lo que piensas comprar.

- Cada vez que compres algo, debes pensar en los residuos y la basura que genera.

- Evita los productos de "usar y tirar", si no son estrictamente necesarios.

- Rechaza las bolsas de plástico que dan en supermercados y comercios, si puedes, lleva tus propias bolsas de tela, de papel o de cartón.

- Compra el contenido y no el envase. Muchas veces se paga más por los envoltorios que se tiran directamente a la basura que por el contenido.

- Recicla antes que comprar, muchas de las cosas que están para tirar pueden volver a utilizarse de otras maneras y formas, usa tu imaginación.

- Evita las latas y los productos muy envasados. Los refactarios y los frascos de cristal son una forma más ecológica de guardar los alimentos, en lugar del plástico y aluminio.

- Preferir productos con envases retornables o reutilizables.

Puedes consultar la guía on-line del Consumidor Ético: Ethiscore. Califica a las compañias por sus prácticas medioambientales, el respeto a los animales y a los derechos humanos.

Y para finalizar Mafalda:

viernes, 22 de octubre de 2010

Tip ecológico no. 2 "Diadema"

Y para retomar el tema del reuso, en el sitio IS·LY encontré una idea para dar un segundo uso a camisetas que hemos decidido no usar más; la propuesta de la diseñadora es hacer collares de tela que, personalmente, me han encantado. A mí se me ocurrió hacerme una diadema a partir de la misma idea, y a continuación les comparto las imágenes del proceso y el resultado final. Los collares los pueden ver aquí.





























lunes, 18 de octubre de 2010

La educación lenta



En el no. 11 de la Revista Crianza Natural -que se edita en España y lamentablemente no he podido encontrar dónde comprarla en México- se encuentra un artículo dedicado a la 'educación lenta'. Es probable que para muchos de nosotros sea un concepto desconocido e incluso contradictorio; habitualmente la palabra lento representa algo negativo, aburrido, no actual, que no funciona, así que nos cuesta trabajo relacionar dicha palabra con la educación o con lo que debería ser una buena educación.

La educación lenta es un modelo educativo que está en contra de acelerar el aprendizaje de los niños, lo mejor es que ellos aprenden según su propio ritmo y sus necesidades. Como papás o educadores podemos caer en el error de pensar que entré más pronto o rápido nuestros hijos aprendan tal o cual cosa es mejor. Y es que los adultos vivimos constantemente acelerados, el tiempo condiciona la forma en que vivimos, no hay tiempo para comer sin prisa, para dormir tranquilos, para tomarnos un respiro. Es lógico que transmitamos nuestra ansiedad a nuestros hijos y que la forma en que los educamos esté condicionada por el tiempo.

Frecuentemente, veo como algunos papás se preocupan porque su hijo tiene 1 año y aún no camina, o no habla como los demás; papás que orgullosos presumen que su hijo aprendió a leer a los antes que todos, que saturan a sus hijos de actividades para que "aprendan más" y a su vez colegios que ofrecen planes de estudios asfixiantes con libros y material didáctico innecesarios; actualmente hay un boom de la estimulación temprana, que mal entendida, puede desembocar en bebés y niños hiperactivos y ansiosos. En fin, las palabras más y rápido predominan en nuestra vida y la de nuestros hijos.

Por eso es importante que hagamos un alto en nuestro acelerado ritmo de vida y hagamos de la educación lenta una opción. Regesarle tiempo a nuestros hijos, realizar actividades sin presión, dejar de exigirles que aprendan según nuestras expectativas, darnos la oportunidad de estar con ellos aunque aparentemente no les estemos enseñando nada, respetar sus ritmos y sus intereses. Cada bebé, niño y joven tiene su propio ritmo.

"Más, antes y más rápido no es sinónimo de mejor", dice Joan Domènech que junto a Carl Honoré han sido considerados los padres de este modelo educativo.

En este enlace del Foro de la tienda Crianza Natural se enlistan los 15 principios para la educación lenta, y además, he encontrado un blog dedicado completamente a este tema.

Y comparto con ustedes esta imagen que encontré en El blog alternativo:

jueves, 14 de octubre de 2010

Nuestra huella de carbono



A estas alturas ya todos hemos oído sobre el cambio climático que no es otra cosa que las variaciones en el clima de distintas regiones en comparación con patrones que hasta ahora habían sido regulares y que son provocadas por la actividad del ser humano en la tierra. El cambio climático produce, entre otros fenómenos, el también famoso calentamiento global.

Cada acción que realizamos lleva su cuota de contribución al cambio climático que tanto afecta al planeta y a quienes vivimos en él (sino, pregúntenle a los habitantes del sureste mexicano que llevan semanas sufriendo las inundaciones). Sobre todo aquellas acciones en las que requerimos consumir energía a partir del petróleo, gas natural y electricidad los cuales son combustibles fósiles que al consumirse liberan dióxido de carbono al ambiente produciendo alteraciones en el equilibrio de la naturaleza. Es decir, todos, en mayor o menor medida contribuimos con al cambio climático.

La Huella de carbono es una medida creada y utilizada para saber qué tanto nuestras actividades impactan en el ambiente y se mide en unidades de carbono. Para saber qué tan grande es nuestra huella de carbono necesitamos calcular las unidades de carbono que liberamos al realizar nuestras actividades diarias.

El uso que le damos a nuestro auto, a la electricidad en nuestra casa, al gas con que cocinamos o calentamos agua y también los productos que consumimos, puesto que todo el dióxido de carbono liberado para la elaboración de nuestra ropa o la producción de nuestros alimentos pasa a formar parte de nuestra huella de carbono al momento de adquirirlos. De ahí la importancia que hacer buen uso de nuestro poder de compra, procurar que los procesos de producción de los artículos que compramos sean amigables con el medio ambiente al igual que los materiales utilizados.

Por ejemplo, si yo compro un kilo de manzanas que fue cultivado y cosechado en un huerto cercano a mi ciudad hace que mi huella de carbono sea menor a si compro un kilo de manzanas importadas. Los combustibles utilizados en la transportación pasan a ser mi responsabilidad pues el poder de decisión en la compra es mío. Y así, con cada actividad realizada y con cada producto o servicio consumido.

En Internet existen varios sitios en donde podemos calcular nuestra huella de carbono y en la medida que conozcamos la cantidad de dióxido de carbono que liberamos con nuestros hábitos diarios podremos tomar medidas para disminuir nuestra cifra lo máximo posible. Evidentemente, no podemos eliminar totalmente nuestra huella de carbono, sobre todo si vivimos en la ciudad, pero se puede vivir con un mínimo consciente y responsables. En próximas publicaciones les hablaré de una persona en Nueva York que ha vivido un buen periodo de tiempo con el mínimo posible de su huella de carbono.

Los siguientes son consejos que podemos seguir:



Calcula tu huella de carbono aquí.

Fuentes: Huella de carbono, Haz algo México, Empresa Huellas de Carbono, FuturEnergía.

martes, 12 de octubre de 2010

El libro verde de las compras



La semana pasada, con motivo de nuestro segundo aniversario de matrimonio, mi esposo me hizo uno de los mejores regalos que he recibido, un libro con 250 consejos para llevar un estilo de vida ecológico, escrito por Diane Millis, escritora especializada en temas como alimentos orgánicos y salud, productos naturales, parques y espacios verdes, y diseño paisajístico y urbano.

El libro es un recorrido por múltiples recomendaciones para que nuestros hábitos de consumo sean mucho más conscientes tanto con la economía familiar como con el cuidado ambiental. Es un hecho que las elecciones diarias a las que nos enfrentamos como consumidores pueden tener un gran impacto en el medio ambiente.

Ya compres comida en el supermercado del barrio o te plantees compras de más envergadura como un coche o una casa nuevos, este libro te ayudará a tomar decisiones informadas y responsables que te permitan vivir de manera más sostenible.


Es importante reconocer que implementar un estilo de vida ecológico requiere en ocasiones una inversión extra de tiempo y esfuerzo, no es lo mismo comprar y tirar, que tomarnos el tiempo de buscar un producto que podamos reparar o reusar; no es lo mismo comprar el primer mueble que nos gustó a buscar opciones de muebles hechos con madera proveniente de bosques sustentables. Ese tiempo, esfuerzo y en ocasiones dinero extra, es una inversión que repercutirá en nuestra salud, en el entorno que habitamos y en el mundo en el nuestros hijos se quedarán cuando nosotros ya no estemos. Y ése es el mensaje que el libro intenta transmitir.



Quizá el consejo más significativo que El pequeño libro verde de las compras nos da es el siguiente:

NO CAIGAS EN LA ECOMODA. Ser verde consiste en salvar el planeta, no tu status. No caigas en la trampa de comprar artículos etiquetados como "eco" o como "comercio justo" sólo porque son "valorados". Aunque muchos de estos productos son perfectamente legítimos, quizá no los necesites y lo mejor que puedes hacer por el planeta es no comprar cosas que no te hacen falta. Busca formas de reutilzar lo que tienes o de intercambiarlo con otra persona.




Contradictoriamente, buscar un estilo de vida verde puede llevarnos al consumismo si no estamos realmente informados de las acciones que son realmente ecológicas. Actualmente existe una oferta muy variada de artículos y servicios con enfoque ecológico, pero no por esto debemos eliminar la reflexión previa acerca de si verdaderamente los necesitamos o estamos cayendo en la simple moda. El trato que debemos darle a los productos ecológicos es el mismo que le daríamos a los productos convencionales: comparar precios, revisar etiquetas, comprobar calidad, etc.



Este es sólo un ejemplo de los útiles consejos que este libro brinda y seguramente serán materia para futuros análisis en este blog. Cabe mencionar que este libro está impreso en papel fabricado con madera procedente de bosques sostenibles.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Crianza en brazos



Hoy inicia la Semana Internacional de la Crianza en Brazos 2010, será del 6 al 12 de Octubre, con el lema "Feliz y seguro en tus brazos". Me parece importante mencionarlo porque el uso de rebozos, fulares, bandoleras -o como sea que los nombren en cada región- para cargar a los bebés es una práctica habitual en muchas culturas pero un tanto ignorada por las nuevas generaciones.

Como mamás y papás, sobre todo primerizos, en ocasiones nos vemos sobrepasados por la constante demanda de atención que nuestros bebés manifiestan, ellos son felices mientras están en nuestros brazos pero cuando intentamos dejarlos en una cuna, porta bebé o sillita para poder hacer otras cosas, protestan efusivamente reclamando con llanto el volver a estar en nuestros brazos. Por otra parte, es una idea generalizada pensar que si los cargamos demasiado les estamos haciendo un mal; no faltan comentarios de personas a nuestro alrededor diciendo "No lo cargues tanto o lo vas a mal criar", "Déjalo que llore, tiene que aprender a estar sin ti", "No lo lleves tanto en brazos o se hace dependiente", "Ya te está tomando la medida", "Llora para chantajearte y que lo cargues otra vez", entre otros.

Es un tema amplio para explicar el por qué éstas creencias son erróneas y lo positivo que resulta cargar a nuestros bebés el mayor tiempo posible y no dejarlos llorar. Pero en resumidas cuentas puedo decir lo siguiente:

- Sigamos nuestros instintos. Cuando el bebé llora sentimos la necesidad de atenderle de inmediato, pero nos vemos frenados por lo que las personas nos dicen que es correcto o incorrecto. Lo único correcto en todo esto es lo que sentimos, si tu hijo pide brazos y sientes el impulso de complacerlo hazlo. El verdadero daño es dejar a un bebé llorar por largo rato sentiéndose ignorado por sus propios padres.

- El uso del rebozo es una buena opción para poder cargar a nuestro bebé y tener las manos libres para realizar otras actividades. En culturas como la africana, las madres llevan a sus bebés al campo donde trabajan y realizan todas sus actividades con el bebé a cuestas.



- Tener a nuestro hijo en brazos no es de ninguna manera mal criarlo, es cubrir su necesidad de contacto, compañía y movimiento; un bebé en el vientre materno recibe calor y contacto permanente, y está acostumbrado a ser mecido constantemente producto del movimiento de su madre, es normal que al nacer reclame lo mismo y que la estática cuna o cualquier sillita le parezca desagradable.

- Un bebé es más feliz cuando está cerca de sus padres, si hemos estamos cerca de algún bebé podemos darnos cuenta que la mayoría de las veces cuando llora sólo se calma si lo cargan sus papás. La naturaleza nos habla y nosotros queremos ir en contra de ella escuchando consejos que nos invitan a ignorar el llanto y las necesidades de nuestros bebés.



Beneficios para el bebé:

- Crecerá cerca de tu corazón.
- Tus movimientos lo harán sentirse acompañado.
- Será capaz de descubrir el mundo de una forma segura.
- El bebé se beneficia física, psicológica y neurológicamente.
- Incrementará su desarrollo neuronal a través del balanceo y la estimulación del movimiento.
- Aprenderá a dormir solo más fácilmente
- Disminuye el índice de cólicos y vómitos.
- Estará menos nervioso y su llanto se reducirá hasta en un 49%.
- Se estimula el sistema vestibular (equilibrio) en un bebé recién nacido, lo cual es considerado una de las mejores formas de calmar y proteger al bebé para la nueva vida.

Beneficios para la mamá:

- Sentirás tu espalda relajada y no se lastimará.
- Podrás amamantar a tu bebé de forma discreta y segura.
- Realizarás tus tareas habituales con plena libertad y comodidad.
- Usarás el rebozo para tapar a tu bebé sin necesidad de más cobijas.
- Cargarás a tu bebé desde recién nacido y hasta los 3 años de edad.
- Se detecta una menor depresión post-parto en madres que llevan a sus hijos en el rebozo.
- Conocerás las necesidades reales de tu bebé.

Personalmente, la experiencia de cargar a mi hijo con la ayuda de un rebozo ha sido muy positiva y lo recomiendo a cada persona que me es posible. Recuerdo cuando Mateo estaba recién nacido, lloraba cuando lo ponía en su cuna mientras yo quería tender mi cama o cepillarme los dientes. Recuerdo también que pensaba: ¿Lo dejo llorar? ¿Lo estaré malcriando si lo cargo? Pronto me di cuenta de que mi bebé era mas feliz cuando estaba en mis brazos o en brazos de su papá, me dedicaba a cargarlo todo el día. Luego me di cuenta de que había una manera muy sencilla de tener al bebé completamente contento y sin llorar: el rebozo. Se sorprenderían de todas las cosas que se pueden hacer mientras se carga al bebé con rebozo, y él feliz.

Obviamente se necesita información para saber elegir el tipo de rebozo, cómo usarlo, qué posiciones nos vienen mejor, pero en internet podemos encontrar todo lo que necesitamos, desde artículos hasta videos paso a paso de cómo hacer nuestro propio rebozo o cómo amarrarnos al bebé. Al principio sentía inseguridad pero con la práctica Mateo y yo logramos disfrutar mucho el uso del rebozo, incluso su papá lo ha usado también. Pudimos comprobar la falsedad de aquellos sentencias sobre lo negativo de cargar muco a los bebés, hoy Mateo está a punto de cumplir un año, le encanta caminar, es un bebé tranquilo, feliz y seguro del amor que le tenemos su papá y yo, nunca le negamos los brazos.







Respecto a la Semana Internacional de la Crianza en Brazos se estarán llevando a cabo actividades como talleres de porteo o concursos de fotografía, las actividades de las que tengo conocimiento se están planificando mayormente en Europa y Sudamérica, en México no se ha convocado a alguna actividad, pero hay una mamá en el Distrito Federal que está tratando de formar una red de mamás y papás a favor del Babywearing, como se le ha llamado, su sitio web aquí.

La Semana Internacional de la Crianza en Brazos, tiene como objetivo divulgar esta práctica y dar a conocer los beneficios que resultan de tener a nuestros bebés junto a nosotras(os) siempre, beneficios tanto para los bebés como para sus papás y mamás.

Video conmemorativo.

Más información Red Canguro, Círculo Materno

martes, 5 de octubre de 2010

Papás ecológicos

Antes de ser padres, mi esposo y yo habíamos estado muy interesados en las acciones que desde nuestro hogar podíamos hacer para contribuir al cuidado y conservación del medio ambiente. Nos han interesado temas como la vida sustentable y el consumo responsable. Ahora que somos papás, el tema se ha vuelto mucho más significativo, porque desde que Mateo está con nosotros somos mucho más conscientes de lo que sucede hoy en el mundo y de lo que podemos hacer cada uno de nosotros para mejorar lo que sucederá en el futuro, nos hemos propuesto vivir de tal manera que el tema de la ecología sea algo natural para él.

Es cuestión de hacer pequeños cambios en la manera tradicional de hacer las cosas. Algunos consejos útiles para ser unos papás ecológicos son:

- Cómo mencioné en el primer post, las reglas de una vida verde son: reducir, reutilizar y reciclar.



- Consumir productos orgánicos es lo mejor para la salud de la familia porque son alimentos libres de hormonas, antibióticos, fertilizantes y pesticidas, además, contribuimos con la agricultura local y se deja de contaminar a grandes niveles pues se gasta menos en transportación y la tierra de cultivo no se contamina con químicos.



- Lo ideal es reducir el gasto en ropa para bebé, rápidamente dejará de usarla y quedará prácticamente como nueva. Podemos procurar aceptar ropa de nuestros familiares y/o amigos que esté en buenas condiciones o heredar a otros niños la ropa que nuestros hijos hayan dejado de usar.



- Lo mejor para la familia es utilizar ropa hecha con algodón orgánico, en México hay poca disponibilidad pero conforme se aumente la demanda también la oferta aumentará.





- Para lavar la ropa de la familia es recomendable utilizar una lavadora ecológica que hace un uso responsable del agua y la energía y un detergente biodegradable. Debemos lavar la mayor cantidad de ropa posible en una sola carga, evitar los ciclos cortos. Secar la ropa al aire libre y no en la secadora, además de ser más barato, secar la ropa al sol elimina hongos y microorganismos que pueden dañar nuestra piel y que no se van con el uso de la secadora.



- La lactancia materna es la forma más ecológica de alimentar a tu bebé, pues no sólo está recibiendo el mejor alimento diseñado especialmente para él sino que además se ahorra dinero en fórmulas, biberones, no produce basura de envases y empaques y siempre está a la temperatura adecuada. Es un derecho de todo bebé ser amamantado exclusivamente con leche materna los primeros 6 meses de vida.



- Es muy importante que pongamos atención en los productos de utilizamos para la limpieza de nuestra casa puesto que la mayoría contienen derivados del petróleo y varias toxinas que contaminan el aire y alteran el funcionamiento normal de nuestro cuerpo. Existen muchas opciones naturales y mucho más económicas las cuales se estarán mencionando en este blog.



- Utiliza pañales de tela o desechables con enfoque ecológico.



- Las toallitas húmedas desechables pueden ser sustituidas por toallas de algodón orgánico lavables, podemos humedecerlas y en tiempo de frío precalentarlas.



- Evitemos comprar demasiados juguetes, con un poco de imaginación podemos diseñarles juguetes con materiales que hay en nuestra casa. Si desde pequeños les enseñamos a divertirse con lo sencillo, después ellos aprenderán y sus hábitos de consumo serán más conscientes.



Esto es en lo que respecta a nuestros hijos, pero seguramente habrá muchas más acciones que podemos implementar para tener un hogar más amigable con el medio ambiente.

viernes, 1 de octubre de 2010

Tip ecológico no. 1



Podemos limpiar y desinfectar el piso de nuestra casa agregando 1/4 de taza de vinagre blanco al agua con la que enjuagamos el trapeador, en lugar de utilizar productos químicos que dan buen olor pero resultan tóxicos y contaminan el agua. El olor del vinagre desaparece en cuanto se seca el piso.