viernes, 3 de junio de 2011

¿Cómo le haces para que tu hijo coma tan bien?



En varias ocasiones me han hecho esta pregunta alguans amigas que tienen hijos más o menos de la misma edad que el mío (20 meses). Lo cierto es que Mateo es de muy buen comer, no me refiero a que coma mucho, sino a que acepta una gran variedad de alimentos con singular alegría, todos los vegetales, toda la fruta, pollo, pescado, avena y demás cereales, frutos secos y los pocos lácteos que le ofrezco. Nunca he sabido qué responderles porque no creo haber hecho nada con esa consciencia, pero ya que lo he reflexionado un poco más quizá existan algunas cosas que han influenciado de manera positiva en la relación de mi hijo con la comida y en sus hábitos alimenticios. Por ejemplo:



  • La lactancia materna. Resulta que la leche materna puede cambiar ligeramente su sabor según los alimentos que la madre consuma, a diferencia de la leche de fórmula que siempre sabe igual, por lo que un bebé amamantado se relaciona con los distintos sabores mucho antes de iniciar la alimentación complemenataria. Entonces, al empezar a comer otros alimentos diferentes a la leche materna es posible que se encuentre familiarizado con algunos sabores.

  • Amamantar a demanda. Mateo no aceptó del todo bien la comida sino hasta los 9 o 10 meses de edad, hasta entonces su alimento principal era la leche materna. Puede sonar extraño, pero había días en que no aceptaba nada, sólo pecho, a pesar de tener más de 6 meses. Llegué a preocuparme un poco porque ya era un bebé mayorcito, gateaba mucho y casi caminaba, y él era feliz con el pecho y unos cuantos bocados. Tuve que relajarme y hacerle caso a sus peticiones, sin presiones, uno de tantos días empezó a tomarle gusto a la comida y, progresivamente, a alimentarse más de sólidos que de leche materna.

  • No forzar, ni obligar. A pesar de sentir que para su edad comía muy poco de alimentos sólidos, a la primera señal de desagrado que Mateo manifestaba ante algún alimento lo dejábamos. Nunca utilicé ninguna estrategia ni engaño para hacer que comiera un poco más, ni la clásica "última cucharadita...". Y hasta la fecha, si él dice no frente a alguna comida, es no. Tengo la firme idea de que sólo él sabe cuánta hambre tiene y qué tanto se le antoja algo.

  • Primeras comidas en trozos, no en papillas. Cuando Mateo cumplió los 6 meses y empezamos con la alimentación complementaria yo le hacía las papillas en casa, nunca fui de la idea de utilizar papillas comerciales porque el sabor de las frutas no es la misma, es diferente el sabor al comer una papilla comercial de durazno, que al tomar el durazco y machacarlo, preferí hacerlas directo de la fruta para no creale confusiones en cuanto al sabor. Sin embargo, fueron muy pocas las papillas que comió, menos de una semana, decidí ofrecerle alimentos en trozos y dejar las papillas a partir de que leí alguna entrevista en internert al doctor Carlos González, en la que decía que aprendía más un bebé al ser autónomo al tomar sus alimentos, que al estar sentado recibiendo cucharadas de papilla. Empecé a ofrecerle a Mateo pedazos de plátano, pan, mango, zanahoria cocida, calabaza, apio, él los tomaba y se los llevaba solito a la boca y dejaba de comer cuando se sentía satisfecho. Es una técnica llamada baby-led weaning, con la que además de cubrir lo referente a la nutrición, se estimula el desarrollo motriz al tomar los alimentos por sí mismos y llevarlos a su boca; Mateo cada vez era capaz de tomar alimentos con más presición. Hoy ya usa cuchara y tenedor sin problemas.

  • No ofrecerle dulces, refresco, jugos embotellados, ni pasteles. A la fecha, los únicos dulces que Mateo ha probado son los que, muy contadamente, le ha llegado a ofrecer algún familiar o amigo con toda la buena intención del mundo. En casa no existen esos alimentos. Poco a poco nuestros conocidos y familiares se han ido dado cuenta cuáles alimentos ofrecemos a Mateo y cuáles no, y han intentado ser respetuosos con eso. Pero sobre todo, el ejemplo, no podemos negarle un vaso de refresco mientras nosotros tomamos uno.

En fin, si bien no hay receta segura porque cada niño tiene su temperamento y sus propias preferencias, podemos buscar influencias positivas. Esta ha sido mi experiencia. Hasta hoy Mateo come muy bien, pero posiblemente más adelante haya otra etapa en la que sea mucho más selectivo con los alimentos. El chiste es escuchar a nuestros hijos y confiar en la sabiduría de su propio cuerpo.

8 comentarios:

  1. Fijate que me ha gustado mucho tu post, he leido detenidamente y he encontrado varias cosas que quiza hayan hecho que mis hijas no coman bien en el sentido de la variedad, retomo algunos tips que quiza ahorita me puedan funcionar, muchas gracias

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado tu entrada, hace tiempo que tengo en mente escribir algo parecido, mi peque como el tuyo come de todo, en poquitas cantidades y lo he hecho exactamente como tu, pecho a demanda, no forzar, no ha tomado papillas...
    Hace unos meses yo era una loca que iba a permitir que su hija se atragantara con los trocitos, ahora soy la "suertuda" que su niña come tan bien...
    No siempre es cuestión de suerte.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado esta entrada, y yo sí que pienso que todo lo que has hecho anteriormente influye en que el niño coma mejor o peor. Yo lo hice parecido y también come super bien... Claro que super bien, claro está, siempre hay algún día que no quiere comer casi nada...¡pues yo lo dejo! Él mismo se regula. Pienso que lo de los dulces es super importante, mi peque no sabe todavía qué es un chupachups, gusanitos ha comido 3 veces, y cuando digo 3, son tres, en algún encuentro de amigos. Los refrescos ni los ha probado... Y ahí somos los padres y madres los responsables, no? Una entrada muy buena!

    ResponderEliminar
  4. No es por tocar las narices, pero lo de la lactancia materna siendo un factor importante, no creo que sea determinante para que un niño coma bien o no... mi sobrina Marta (la mañor) tomó pecho a demanda y durante 5 años, pero es a día de hoy que tiene 13 que come FATAL. Por el contrario, mi sobrina Daniela (la más pequeñita) no quería ni bien ni mal el pecho, tampoco el biberón y no comió bien hasta que empezaron a darle comida sólida... Y Jonay y Erdiune (mis otros dos sobrinos) fueron niños que tomaron biberón y comen que se las pelan, si te descuidas te comen un brazo. Por eso estoy de acuerdo con el último párrafo que has escrito.

    ResponderEliminar
  5. Hola Adriana!!
    Se puede decir que he seguido estos tips con mi palomita pero ella siempre ha sido muy selectiva, yo no le insisto, le roto los alimentos y ella tiene su ritmo, nunca la obligo pero hay algunas verduras que son todo un desafío.

    Muy bien por tu cachetón precioso!!...¿qué está comiendo en la foto?

    ResponderEliminar
  6. Creo que cada niño tiene unas necesidades, por ello me parece que lo más acertado es tratar de escuchar qué necesita y no forzarle a comer determinadas cantidades (me parece absurdo).

    ResponderEliminar
  7. Reina: Gracias y ojalá que algo pueda serte de utilidad.

    Ira: Es muy cierto lo que dices; incluso yo misma tuve mis dudas en un principio, y es que la cultura de las papillas está tan arraigada que muchas mamás y papás ya no nos cuestionamos si hay otras alternativas. Otro beso para ti!

    Inma: Así es, evidentemente tarde o temprano ellos serán lo suficientemente mayores para decidir si comen dulces o toman refrescos, pero nuestra responsabilidad como padres es entender que gran parte de la salud o enfermedad de nuestros hijos proviene de cómo se alimentan. Saludos!

    Diana: Es cierto lo que dices, en mi caso nunca mencioné que alguno de los puntos fuera determinante como tal, simplemente creo que fue un conjunto de buenas influencias y definitivamente hay historias para todo.

    Manuelita: Lo importante es que estás atenta a sus ritmos y preferencias, y eso tarde o temprano va a determinar que tu nena tenga una buena relación con la comida el resto de su vida. Saludos!

    Mamá mimosa: Claro, muy absurdo. Por ejemplo, a los adultos nadie nos obliga a comer lo que no queremos o cuando no queremos, pero a los bebés y niños sí que los torturamos con ese tema. Te mando un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Gracias por el consejo, has sido muy instructiva. Si tengo otro hijo...voy a hacer esto al pie de la letra...ahora con el que tengo es un poquito tarde.

    ResponderEliminar