miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Era peor la educación infantil de nuestros abuelos?



¿Por qué pensamos que estamos mejor ahora que antes, en la época de nuestros abuelos? El engaño es monumental.

Aunque hay muchos aspectos que nos pueden hacer ver que hemos evolucionado como seres humanos, en derechos, garantías, estatus, etc. El problema surge cuando a estos avances, se les unen algunas INVOLUCIONES de las que me gustaría hablar.

La educación ha involucionado y desde el Estado no se hace demasiado para que esto al menos tuviese la lógica que tenía antes y a la que están llegando los investigadores de este campo.



Lógica que nos habla de que el mejor lugar para el desarrollo de los individuos se encuentra en el seno de la familia nuclear y no en el de las escuelas infantiles a las que todos tenemos que recurrir para poder mantener este estatus básico del trabajador.

Los estudios de la mayor parte de la profesión educativa están aún recibiendo resultados de unas formas de educar basadas en que los niños pasan más tiempo, los primeros años de su vida, con su familia nuclear que en las escuelas infantiles. Datos que vienen siendo erróneos desde hace ya algunos años en nuestro contexto.

Puede que aún no sepamos qué nos traerá un futuro en el que los bebés han tenido que permanecer alejados de sus progenitores por tanto tiempo en unas etapas tan fundamentales. No quiere esto decir que en las escuelas infantiles el trabajo no sea profesional, pero profesional para algunos de los miembros de la comunidad educativa no siempre significa emotivo, emocional, respetuoso con los tiempos individuales.

Pero no pretendo hacer una crítica de las escuelas, sino ir mas allá. El sistema por el que tenemos que despertar a un bebé de cuatro meses en adelante a las siete de la mañana para poder ir a un trabajo para mantener entre otras cosas esa escuela que se financia con pagos de los trabajadores, tiene que estar equivocado.

La mayor parte de nosotros hemos pasado los cuatro primeros años junto a nuestras madres y ya que en estos momentos esta liberación de la mujer ha pasado por la integración en el mercado laboral, no pretendo que el tiempo de crianza que necesitan los hijos vuelva a caer sobre los hombros de esta liberación, sino que sea el Estado el que comience a pensar lo equivocado del sistema, que como base de su propio sistema educativo puede ser la primera piedra de entre otras cosas, del fracaso escolar.

Siempre tan en boga, los países escandinavos son los pioneros en dar a los padres los permisos necesarios para que esta labor educativa regrese a las manos de quien nunca tuvo que perderla.

Aún más lejos algunas, tendencias educativas nos recuerdan que partimos de la educación tribal, como base de nuestros valores como especie y no nos fue tan mal.

Educación tribal por la que el respeto a los demás miembros de la misma, era tan, o mas importante como hacia los propios progenitores.

Sin duda es la mejor inversión de tiempo, dinero, esfuerzos y materiales que nos podamos imaginar y más cuando el resultado que esta en juego es el de nuestro propio logro como padres, madres, y abuelos de esta misma sociedad en la que estaremos inmersos, cuando nuestros hijos pasen a ser los que mantengan un sistema de vejez que nos permita envejecer con la dignidad que les enseñamos a tener hacia nosotros en su infancia.

Pero este es otro tema que espero poder revisar pronto.

Adolfo Martínez
Terapeuta gestáltico, educador




Fuente: El blog alternativo
Imagen: Corbis

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