jueves, 14 de octubre de 2010

Nuestra huella de carbono



A estas alturas ya todos hemos oído sobre el cambio climático que no es otra cosa que las variaciones en el clima de distintas regiones en comparación con patrones que hasta ahora habían sido regulares y que son provocadas por la actividad del ser humano en la tierra. El cambio climático produce, entre otros fenómenos, el también famoso calentamiento global.

Cada acción que realizamos lleva su cuota de contribución al cambio climático que tanto afecta al planeta y a quienes vivimos en él (sino, pregúntenle a los habitantes del sureste mexicano que llevan semanas sufriendo las inundaciones). Sobre todo aquellas acciones en las que requerimos consumir energía a partir del petróleo, gas natural y electricidad los cuales son combustibles fósiles que al consumirse liberan dióxido de carbono al ambiente produciendo alteraciones en el equilibrio de la naturaleza. Es decir, todos, en mayor o menor medida contribuimos con al cambio climático.

La Huella de carbono es una medida creada y utilizada para saber qué tanto nuestras actividades impactan en el ambiente y se mide en unidades de carbono. Para saber qué tan grande es nuestra huella de carbono necesitamos calcular las unidades de carbono que liberamos al realizar nuestras actividades diarias.

El uso que le damos a nuestro auto, a la electricidad en nuestra casa, al gas con que cocinamos o calentamos agua y también los productos que consumimos, puesto que todo el dióxido de carbono liberado para la elaboración de nuestra ropa o la producción de nuestros alimentos pasa a formar parte de nuestra huella de carbono al momento de adquirirlos. De ahí la importancia que hacer buen uso de nuestro poder de compra, procurar que los procesos de producción de los artículos que compramos sean amigables con el medio ambiente al igual que los materiales utilizados.

Por ejemplo, si yo compro un kilo de manzanas que fue cultivado y cosechado en un huerto cercano a mi ciudad hace que mi huella de carbono sea menor a si compro un kilo de manzanas importadas. Los combustibles utilizados en la transportación pasan a ser mi responsabilidad pues el poder de decisión en la compra es mío. Y así, con cada actividad realizada y con cada producto o servicio consumido.

En Internet existen varios sitios en donde podemos calcular nuestra huella de carbono y en la medida que conozcamos la cantidad de dióxido de carbono que liberamos con nuestros hábitos diarios podremos tomar medidas para disminuir nuestra cifra lo máximo posible. Evidentemente, no podemos eliminar totalmente nuestra huella de carbono, sobre todo si vivimos en la ciudad, pero se puede vivir con un mínimo consciente y responsables. En próximas publicaciones les hablaré de una persona en Nueva York que ha vivido un buen periodo de tiempo con el mínimo posible de su huella de carbono.

Los siguientes son consejos que podemos seguir:



Calcula tu huella de carbono aquí.

Fuentes: Huella de carbono, Haz algo México, Empresa Huellas de Carbono, FuturEnergía.

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