Bueno, más que una desición fue algo que comenzó a suceder sin planearlo y después fui dejando que sucediera disfrutando el día a día.
Desde los 16 años (hoy tengo 26), comencé a buscar trabajos de medio tiempo para tener dinero propio mientras estudiaba. De manera que trabajé en papelerías, en el cine, como cajera, como telefonista, recepcionista, en una estética y hotel para perros, en fin, hice bastantes cosas. Ya en la universdidad, por la mitad de la carrera, me hice de una beca asistiento a un profesor en un proyecto, por lo que no tuve trabajos fuera de la escuela. Casi al terminar la carrera decidí casarme, para ése entonces yo trabajaba dando clases en una universidad de carreras cortas; el sueldo era muy bajo, prácticamente acepté ese trabajo para ganar experiencia. Mientras, mi esposo había conseguido un trabajo bastante mejor remunerado y mucho más estable. Terminó el ciclo escolar y quedé embarazada, decidí no volver a dar clases en el siguiente ciclo. Pero no era un plan definitivo.
Ya embarazada de varios meses, seguía tendiendo la idea de volver a trabajar una vez que diera a luz. Nació mi hijo y todo se me movió. Ya he dicho en alguna otra ocasión que ser madre para mí ha sido toda una metamorfosis, todo lo que yo creía saber y lo que me parecía importante se transformó, mis prioridades cambiaron y el centro de mi realización cómo mujer dejó de estar en un sólo aspecto de mi vida.
Ya con mi hijo en brazos decidí que tal vez esperaría unos meses para volver al trabajo, no la miserable baja maternal que se otorga en México (un mes y medio después del parto), sino los seis meses de lactancia materna exclusiva de mi hijo. Pero llegados los seis meses se me hacía un hoyo en el estómago el sólo pensar que tendría que separarme de mi niño, me parecía completamente inhumano dejar a mi pedazo de corazón bajo los cuidados de alguien más, sencillamente no soportaba siquiera la sola idea.
Sé que tal vez suene un poco exagerado, sé que muchas mamás salen a trabajar con gusto porque lo deciden libremente y otras quizá no tienen otra opción, pero trato de describir lo más exactamente posible lo que significaba en ese momento para mí separarme de mi hijo. Era un sentimiento casi animal, no casi, seguramente era un sentimiento animal, totalmente instintivo, en el que no cabían razonamientos. Regresar a trabajar dejó de ser una opción para mí, tenía la necesidad de dedicarme en cuerpo y alma a ese bebé que me llenaba tanto.
No estuve excenta de críticas o comentarios incómodos, hubo personas que llegaron a insinuarme que era mi esposo el que no "me dejaba" trabajar y me quería tener todo el día en casa, sinceramente no quise dar explicaciones, y es que ¿cómo le explicas a esas personas lo realizada que me hacía (y me hace) sentir estar con mi bebé en casa? ¿cómo describir algo que ni yo mismo lograba entender al cien por ciento?
Afortunadamente, el sueldo de mi esposo nos permite vivir, mentiría si digo que vivimos holgadamente y sin preocupaciones, pero mes con mes logramos (a veces inexplicablemente) cubir nuestras necesidades básicas. Incluso, ha habido ocasiones en que hemos tenido que realizar alguna actividad para ganar un dinero extra. Es muy atractiva la idea de salir yo a trabajar y contar con un sueldo más, tal vez podríamos darnos más gustos, podríamos conseguirnos una casa más grande o un mejor auto, podríamos renovar nuestro guardarropa más seguido, salir a pasear con más frecuencia, podríamos hacer muchas cosas que hoy por hoy no podemos o que necesitamos planear con cuidado. Pero hemos decidido sacrificar todo eso por otro tipo de satisfacción.
Nadie me cuenta qué logros tuvo mi hijo, qué nueva palabra aprendió a decir o qué ocurrencia, yo estoy ahí para verlo y para aplaudirle. Y me satisface porque es el tiempo para estar ahí, porque noto cómo él realmente necesita mi presencia y la de su padre. Los primeros 3 años los niños necesitan llenarse de sus padres para adquirir seguridad en las siguientes etapas en las que afianzarán su autonomía. Y en eso estoy concentrada ahora.
Conforme Mateo va creciendo yo he ido retomando el interés en proyectos personales. Sobre trabajar fuera de casa con un horario fijo creo que no es algo que esté considerando aún. Por lo pronto, él me acompaña a todas partes, lo involucro en todas mis actividades diarias siempre que es posible. Y Mientras Mateo tenga abuelos tan amorosos y dispuestos a cuidarlo cuando yo necesite ausentarme, pues qué mejor. Pero sobre todas las cosas, tener un compañero comprensivo, que apoya y respalda mis desiciones, ha hecho toda la diferencia.
Aún soy joven, y si nada inesperado pasa, creo que tendré tiempo suficiente para ser mamá, esposa, profesionista, etc. y todo lo que yo quiera, en el tiempo que yo quiera.
Todo mi respeto y solidaridad con aquellas mamás, que sin tener otra opción, tienen que separarse de sus hijos para salir a trabajar con el corazón hecho bola.
Desde los 16 años (hoy tengo 26), comencé a buscar trabajos de medio tiempo para tener dinero propio mientras estudiaba. De manera que trabajé en papelerías, en el cine, como cajera, como telefonista, recepcionista, en una estética y hotel para perros, en fin, hice bastantes cosas. Ya en la universdidad, por la mitad de la carrera, me hice de una beca asistiento a un profesor en un proyecto, por lo que no tuve trabajos fuera de la escuela. Casi al terminar la carrera decidí casarme, para ése entonces yo trabajaba dando clases en una universidad de carreras cortas; el sueldo era muy bajo, prácticamente acepté ese trabajo para ganar experiencia. Mientras, mi esposo había conseguido un trabajo bastante mejor remunerado y mucho más estable. Terminó el ciclo escolar y quedé embarazada, decidí no volver a dar clases en el siguiente ciclo. Pero no era un plan definitivo.
Ya embarazada de varios meses, seguía tendiendo la idea de volver a trabajar una vez que diera a luz. Nació mi hijo y todo se me movió. Ya he dicho en alguna otra ocasión que ser madre para mí ha sido toda una metamorfosis, todo lo que yo creía saber y lo que me parecía importante se transformó, mis prioridades cambiaron y el centro de mi realización cómo mujer dejó de estar en un sólo aspecto de mi vida.
Ya con mi hijo en brazos decidí que tal vez esperaría unos meses para volver al trabajo, no la miserable baja maternal que se otorga en México (un mes y medio después del parto), sino los seis meses de lactancia materna exclusiva de mi hijo. Pero llegados los seis meses se me hacía un hoyo en el estómago el sólo pensar que tendría que separarme de mi niño, me parecía completamente inhumano dejar a mi pedazo de corazón bajo los cuidados de alguien más, sencillamente no soportaba siquiera la sola idea.
Sé que tal vez suene un poco exagerado, sé que muchas mamás salen a trabajar con gusto porque lo deciden libremente y otras quizá no tienen otra opción, pero trato de describir lo más exactamente posible lo que significaba en ese momento para mí separarme de mi hijo. Era un sentimiento casi animal, no casi, seguramente era un sentimiento animal, totalmente instintivo, en el que no cabían razonamientos. Regresar a trabajar dejó de ser una opción para mí, tenía la necesidad de dedicarme en cuerpo y alma a ese bebé que me llenaba tanto.
No estuve excenta de críticas o comentarios incómodos, hubo personas que llegaron a insinuarme que era mi esposo el que no "me dejaba" trabajar y me quería tener todo el día en casa, sinceramente no quise dar explicaciones, y es que ¿cómo le explicas a esas personas lo realizada que me hacía (y me hace) sentir estar con mi bebé en casa? ¿cómo describir algo que ni yo mismo lograba entender al cien por ciento?
Afortunadamente, el sueldo de mi esposo nos permite vivir, mentiría si digo que vivimos holgadamente y sin preocupaciones, pero mes con mes logramos (a veces inexplicablemente) cubir nuestras necesidades básicas. Incluso, ha habido ocasiones en que hemos tenido que realizar alguna actividad para ganar un dinero extra. Es muy atractiva la idea de salir yo a trabajar y contar con un sueldo más, tal vez podríamos darnos más gustos, podríamos conseguirnos una casa más grande o un mejor auto, podríamos renovar nuestro guardarropa más seguido, salir a pasear con más frecuencia, podríamos hacer muchas cosas que hoy por hoy no podemos o que necesitamos planear con cuidado. Pero hemos decidido sacrificar todo eso por otro tipo de satisfacción.
Nadie me cuenta qué logros tuvo mi hijo, qué nueva palabra aprendió a decir o qué ocurrencia, yo estoy ahí para verlo y para aplaudirle. Y me satisface porque es el tiempo para estar ahí, porque noto cómo él realmente necesita mi presencia y la de su padre. Los primeros 3 años los niños necesitan llenarse de sus padres para adquirir seguridad en las siguientes etapas en las que afianzarán su autonomía. Y en eso estoy concentrada ahora.
Conforme Mateo va creciendo yo he ido retomando el interés en proyectos personales. Sobre trabajar fuera de casa con un horario fijo creo que no es algo que esté considerando aún. Por lo pronto, él me acompaña a todas partes, lo involucro en todas mis actividades diarias siempre que es posible. Y Mientras Mateo tenga abuelos tan amorosos y dispuestos a cuidarlo cuando yo necesite ausentarme, pues qué mejor. Pero sobre todas las cosas, tener un compañero comprensivo, que apoya y respalda mis desiciones, ha hecho toda la diferencia.
Aún soy joven, y si nada inesperado pasa, creo que tendré tiempo suficiente para ser mamá, esposa, profesionista, etc. y todo lo que yo quiera, en el tiempo que yo quiera.
Todo mi respeto y solidaridad con aquellas mamás, que sin tener otra opción, tienen que separarse de sus hijos para salir a trabajar con el corazón hecho bola.
Mis màs sinceros respetos mujer...
ResponderEliminarun beso para toda la family...
Bueno, yo soy muy respetuosa con las opciones que toma cada uno, lo importante es que es tu decisión, que está muy pensada y que vas a poder disfrutar de esta etapa maravillosa con tu peque, que estos años sólo pasan una vez y que vas a tener tiempo más que de sobra para todo, enhorabuena y olvida lo que te digan los demás !!!:)
ResponderEliminarNos quejamos de España pero realmente tenéis una baja maternal minúscula! Creo que la decisión de quedarse en casa o trabajar, si la economía familiar lo permite, ha de ser única y exclusivamente de la madre y se ha de respetar. No todas las mujeres viven la maternidad de la misma manera, pero todas las opciones son válidas. Aplaudo tu opción y que los demás digan lo que quieran.
ResponderEliminarFue una buena decisión, sin duda. Yo aspiro a lograr lo mismo. De hecho, estamos ahorrando para poder gozar de una excendencia en mi trabajo sin tener que preocuparnos por el dinero. Hay mucho tiempo por delante para recuperar la vida laboral y los proyectos personales, pero por el momento la crianza de un hijo es para mí el mejor trabajo que voy a tener en la vida. No quiero dedicarle sólo unos meses.
ResponderEliminarPor cierto Adriana, gracias por tus consejos sobre los pañales de tela. Cuando llegue el momento haré uso de ellos. Un abrazo.
Madre mía, un mes y medio de baja maternal, pero en qué están pensando???
ResponderEliminarComo tu dices, eres joven , así que tienes mucho tiempo para hacer otras cosas, por ahora a cuidar del nene!!!
Te sigo!!!
Gracias por pasarte por mi blog!!
http://vegamidulcedechocolate.blogspot.com
Yo también me he quedado cuidando a mi pequeña, pero admito que muchas veces he querido salir corriendo y empezar a trabajar ya!! pero esos han sido los momentos que nos hemos visto cortos con el dinero, sin embargo como un milagro de Dios pasa algo y salimos a flote y en esos momentos pienso que por nada dejo a mi chiquita, incluso he visitado algunas guarderías y no me siento a gusto con lo que he visto, por eso estoy tratando de aprender más del método Montessori para enseñarle en casa además de que los precios de las guarderías no son bajos...en fin ya habrá tiempo (aunque no estoy tan joven como tu jejeje...en julio cumplo 35)
ResponderEliminarUn abrazo,
Te entiendo perfectamente. Cuando decidí quedarme embarazada era con la idea de estar con mi bebé el máximo tiempo posible, es un gozada vivir todos su pequeños grandes avances. Hay tiempo para todo, y yo ahora quiero ser mamá al cien por cien, o eso intento.
ResponderEliminarSashenka: Gracias por pasar a leer y saludos!
ResponderEliminarSiempre mamá: Gracias por tus palabras.
Sandra: Claro que todas las opciones son válidas, cada mamá se las arregla lo mejor que puede y ojalá que todas podamos hacer lo que sea que hagamos en libertad.
Mamá mimosa: Qué bueno que estés preparándote con anticipación, no te vas a arrepentir.
Jeza Bel: Qué impresión verdad? Cómo falta humanidad en el gobierno de esta país.
Manuelita: Si a los 35 se está en la plenitud! Y me identifico, hemos pasado momentos difíciles y claro que regresa a mi menta la idea de regresar a trabajar, pero al final salimos avantes. Saludos.
Carol: Claro que sí, hay tiempo para todo y aprovechemos esta bella oportunidad de estar con nuestros hijos en casa que ya vendrán otras etapas.