jueves, 28 de julio de 2011

Sólo el tiempo lo dirá...

¿Alguna vez les ha pasado, a quienes escriben en un blog, que cuando están a punto de escribir sobre un tema que han venido reflexionando durante días resulta que alguien más escribió sobre lo mismo en alguno de los blogs que frecuentan? Me ha sucedido algunas veces, la última fue hoy en la mañana. Cuando me disponía a escribir algo nuevo me entretuve visitando otros blogs y me topé con el último artículo de Ana del blog Creciendo con David, que trata, curiosamente, de lo mismo que yo quería platicarles hoy. Esto debe suceder muy a menudo porque quienes escribimos sobre nuestra maternidad y crianza nos topamos, en muchas ocasiones (o quizá siempre), con los mismos retos y experiencias.

La cuestión es que a Mateo le faltan poco más de dos meses para cumplir los dos años y la gente cercana a empieza a notar que le cuesta estar lejos de nosotros, así que se inician los comentarios al respecto, algunos con más tacto que otros, pero todos poniendo en entredicho la labor que hacemos mi esposo y yo al criar a Mateo.

La realiad es que sí, Mateo no puede estar lejos de nosotros. Los domingos en la iglesia no quiere quedarse en el salón donde están los niños de su edad si yo no estoy ahí, la mayoría de las veces tengo que llevarlo conmigo a las clases que yo tomo y cuando me toca impartir una me meto en un aprieto porque no puedo desconectarme del todo de él, lo cual he solucionado cargándolo en el mei-tai mientras doy la clase y así está tranquilo viendo todo desde mi perspectiva, moviéndose conmigo y hasta dormido se ha quedado una que otra vez. A lo mucho logramos que se quede unas 2 0 3 horas con sus abuelos cuando mi esposo y yo necesitamos ausentarnos, si nos pasamos de ese tiempo empieza a extrañarnos, a hacer pucheros y a romper en llanto (según non han contado mis papás). Es impensable que pase una noche lejos de nosotros, sería una pesadilla para él y para quien esté encargado de cuidarlo, y ya no digamos un día entero sin nosotros, definitivemente eso no podría suceder. Y así ha sido desde que nació.

Sin embargo, Mateo se adapta bastante bien a cualquier lugar y circunstancia siempre que estemos nosotros con él, de hecho muchas personas lo describen como un niño muy tranquilo, es por eso que no dudamos en llevarlo con nosotros cuando mi esposo y yo queremos salir, es decir, al cine, algún restaurante, centro comercial, obra de teatro o cualquier otro espectáculo; han sido contadísimas las veces que hemos tenido que salir sin él. Además, aunque con los adultos es muy reservado y sólo se suelta una vez que ha tomado confianza, con los niños es muy sociable, corre hacia ellos, les sonríe, les busca la cara, les muestra sus juguetes, los comparte (hasta ahora), siempre y cuando sepa que estamos cerca.

Hace unas semanas asistí a al baby sh0wer de una amiga y mientras las invitadas comíamos y platicábamos en la sala de la casa, los niños jugaban en la cochera, pero de vez en cuando Mateo entraba y se asomaba para asegurarse que yo estaba ahí, luego regresaba a jugar con los demás niños; en una de las ocasiones yo salí a ver cómo estaba y lo vi feliz jugando y riéndose, persiguiendo globos y bailando la canción que cantaba uno de los niños, se sentía seguro porque sabía que yo estaba cerca.

Todo esto para mí es de lo más normal, aunque conozco a otros niños y niñas de la edad de Mateo que son sumamente deselvueltos y se aceptan tranquilos estar lejos de sus papás. Las mayoría de las personas ve mal que un niño sea tan apegado a sus padres, aseguran que eso será contraproducente y a la larga le afectará. Para mí es todo lo contrario, el apego es la base de la forma en la que criamos a nuestro hijo. Yo no podría alejarme de él a propósito, para que aprenda a estar sin mí, creo que eso lo tiene que decidir él en su debido momento, aunque le tome más tiempo que al resto de los niño y niñas. Hoy no puedo demostrarlo, sólo el tiempo me dará la razón (o no), pero hay algo dentro de mí que me dice fuertemente que Mateo será un niño, un adolescente y luego un adulto sano y seguro, porque siempre que lo necesitó estuvo acompañado y sostenido por sus padres. Y mientras yo siga escuchando ese pensamiento que viene de mi interior, los comentarios externos podrán ir y venir.



9 comentarios:

  1. Comparto totalmente tu reflexión, a nosotros nos pasa igual.
    Acher sólo acepta quedarse sin nosotros en la escuela infantil, pero jamás se ha quedado sólo con nadie más, ni con los abuelos, viene siempre con nosotros...¡y mucho menos una noche!
    A mí no me importa, como tú, coincido en que ha sido nuestra forma de crianza, muy conscientes de lo que hacíamos y estoy encantada.
    Bonita reflexión!
    Un beso.

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  2. Leí también el artículo de Ana y como a ella te digo que para mi lo raro es que un niño no extrañe a sus padres. A una persona mayor le puedes explicar que te vas ha comprar y que en un rato regresas, y no pasa nada, un adulto lo asume con naturalidad. Pero un niño de dos años, con apego seguro hacia sus padres, es normal que se inquiete y que llore por la ausencia, porque no entiende que vas a regresar enseguida.
    Creo que nosotras tenemos perfectamente claro cómo queremos criar, pero ciertos comentarios nos hacen sentirnos inseguras. Como dices tu, el tiempo nos dirá si lo hicimos bien.

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  3. Estén siempre disponibles. Primero, dediquen tiempo a estar presentes y disponibles cuando sus hijos vayan y vengan: cuando salgan para la escuela y cuando vuelvan de ella, cuando salgan con otros jóvenes y cuando regresen del paseo, cuando lleven amigos a casa. Estén allí ya sea que tengan hijos de seis o dieciséis años. Entre los mayores problemas que enfrenta nuestra sociedad está el de los millones de niños que vuelven diariamente a una casa vacía y sin supervisión debido a que ambos padres trabajan.

    Discurso del Presidente Ezra Taft Benson

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  4. A mí también me parece normal que un niño de esa edad no quiera separarse de sus padres, ya veremos dentro de unos años si se cumplen todos esos desastres que nos vaticinan por ahí ;)

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  5. Adriana, si es que la gente tiende a opinar sobre los demás sin parar....yo a veces pienso que se deberían morder la lengua y dejar que cada uno críe a sus hijos de la mejor forma que ellos consideren oportuno!!

    Estoy contigo, cada niño es un mundo y unos son más desenvueltos que otros, hay que respetar sus tiempos....si Mateo necesita de vuestra presencia, ¿qué tiene de contraproducente?

    Tú haz lo que te dicte el corazón, porque será lo mejor para tu pequeño!!!

    Besos

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  6. Pues, como tú lo dices, sólo el tiempo lo dirá. Además cada niño es diferente a otro, las personas pareciera que se asustan cuando ven una crianza distinta.
    Podrías pasar a verme?
    http://mujerymama.blogspot.com/
    Saludos!

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  7. Tal como lo dices, sólo el tiempo lo dirá.
    Es que a las personas no les gusta ver crianzas diferentes.
    Podrías pasar a verme?
    http://mujerymama.blogspot.com/
    Saludos!

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  8. Hola! Después de leer a Bren de AMO SER MAMA, pase por acá ya que vos comentabas que habías escrito sobre lo mismo...
    Mi hija cumple 2 a fin de año. Nunca la lleve al cine, vos sí? Ella también es tranquila. Cuando vamos a algún lugar nuevo, reunión, etc. Le cuesta tomar confianza y se abraza fuerte a mi cuello. Yo la dejo. Nunca pretendo forzarla. Espero a que ella entre en confianza. A veces, una teta la ayuda... Y luego socializa re bien, juega con los adultos y niños que encuentre en la reunión y con los juguetes o cosas que le presten. Y para mí está muy bien lo que hace.
    En el informe del jardín (ella va 4 horas por día a un jardín maternal con nenes de su edad y más chiquitos) pusieron "le cuesta separarse". Como si fuese algo en lo que hay que trabajar... Y la verdad, yo prefiero que le cueste separarse!! Me gusta que me prefiera a mí como yo la prefiero a ella. A veces nos quedamos 20 minutos en la puerta tratando de que entre contenta y convencida. Y me encanta poder darle ese tiempo que ella necesita. Le digo que debo ir a trabajar y que dejarla en el jardín es mi manera de cuidarla... Y se queda y disfruta mucho con los "nenes" como ella les dice. Así que yo me quedo contenta también.
    Besitos...

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