miércoles, 26 de enero de 2011

Colecho



Qué curiosa palabra, pensé, antes de saber de qué se trataba. Como colecho se entiende dormir con tus hijos. Se puede hacer desde dormir en la misma cama, como tener una cuna especialmente diseñada para ir adosada a la cama familiar, o bien usar una cuna convencional sin uno de los lados y adosarla a la cama donde duermen los padres. Muchas veces, en lugar de una cuna se pone otra cama individual adosada a la cama mayor.

¿Por qué es un tema importante para mí el colecho? Bueno, resulta que cuando estaba embarazada mi esposo y yo nos esmeramos mucho en conseguir una cuna, su respectivo edredón y demás accesorios para que ahí durmiera nuestro bebé. Como nuestra habitación es grande mi esposo pudo acondicionar los espacios de manera que estuviera nuestra cama, la cuna de Mateo, un cómodo sillón para sentarme a descansar o amamantar y los muebles donde guardamos nuestras cosas. Cuando nació nuestro hijo la realidad fue un poco diferente a lo que habíamos imaginado. Al llegar la noche, después de bañar a Mateo y su respectivo masaje, me sentaba en el sillón con él a darle pecho, después de un rato se quedaba dormido, entonces cuidadosamente me levantaba y lo llevaba hacia su cuna, pero en cuanto sentía que intentaba acosttarlo despertaba y se ponía a llorar. Repetía el procedimiento varias veces hasta que entrada la madrugada, cansado él y cansada yo, terminaba por quedarse en la cuna sin protestar. Claro que esto era muy desgastante para ambos, incluso para mi esposo que también se levantaba a intentar dormirlo. Bueno, pues una de esas interminables noches tratando de que Mateo durmiera en su cuna opté por llevarlo conmigo a la cama, le di el pecho acostada, se quedó dormido y yo junto con él, y fin del problema, tanto mi bebé, como yo y su padre dormimos tranquilos toda la noche. Por supuesto que despertaba de madrugada para comer pero ahí estaba yo enseguida, le ofrecía el pecho ahí acostada y todos felices.

Para un bebé es natural dormir en compañía, de hecho, es un mecanismo de defensa ante los depredadores (no olvidemos que somos mamíferos), sentirse durmiendo solo le causa inseguridad. El dormir con mi bebé fue para mí la solución a las noches en vela batallando para que él pudiera dormir y yo también, pero cada caso es distinto, y hay bebés que aceptan bastante bien la cuna y ahí no hay mayor problema. Se trata de que el bebé disfrute el ir a dormir, que lo haga sin sufrimientos, ya sea en la cama con sus papás, en su cuna o en su cuarto. Cada familia se acomoda como sabe que le va mejor.

Entonces supe que dormir con los hijos es algo que se ha hecho desde siempre y en muchas culturas desde épocas antiguas, en Japón, por ejemplo es norma y regla que los hijos compartan la cama con los padres, no se concibe de otra manera el hábito de dormir. En contraste con esto, en nuestra cultura occidental nos enseñan que entre más rápido el bebé sea independiente para dormir, es mejor. De hecho, varias personas me han hecho comentarios negativos al hábito que tenemos mi esposo y yo de dormir con nuestro hijo, aseguran que se hará dependiente y que nunca lograremos que salga de nuestra cama. Y bueno, hay bastantes argumentos para dejar de lado esas opiniones. En su libro Bésame mucho, el doctor Carlos González comenta lo siguiente: "Si no se hiciera el más mínimo esfuerzo por sacar a los niños de la cama de sus padres, ellos mismos se irían tarde o temprano. No sé a qué edad, porque no conozco a nadie que haya hecho la prueba; sin duda la edad será distinta en cada familia, y dependerá del temperamento y de los deseos del niño y de sus padres. Pero estoy razonablemente seguro de que ninguno de mis lectores siente, en estos momentos, el menor deseo de volver a dormir cada noche entre su padre y su madre. Los japoneses suelen dormir con sus padres hasta los cinco años".

Tendríamos que dejar de escuchar lo que nos dice la gente y escuchar un poco más a nuestros hijos. Qué nos está diciendo un bebé que llora al dejarle en su cuna, bueno, pues entonces acudamos a él y regresémosle la tranquilidad. Un bebé no pide lo que no necesita.

Mi esposo y yo resolvimos dormir con nuestro hijo de esta manera:



Quitamos uno de los lados a la cuna y la pegamos a nuestra cama. Y aunque mi esposo no le resultaba una buena idea en principio, ahora sabes que de esta manera nos va mejor a los tres por las noches, sobre todo porque continúo amamantando a Mateo. Tenemos claro que esto será sólo una etapa y que en unos años nos pedirá tener su propio espacio para dormir.

Tal vez alguna persona que está leyendo esta post puede decir: "Mi hijo duerme feliz en su propio cuarto desde los tres meses"; lo cual me parece excelente, pues aunque soy partidaria del colecho porque nos ha funcionado en mi familia, en ningún momento esto es una crítica a quienes no lo practiquen.

La clave es: si la situación es armoniosa para todos, principalmente para el niño eso quiere decir que estamos haciendo las cosas bien; evitando dejar llorar a nuestro bebé por largo rato para que aprenda a dormir solo. Níngún bebé o niño debería aprender algo por medio del llanto.

Alguien podrá pensar que en dónde queda la intimidad de la pareja si siempre están acompañados de sus hijos en la cama, pero bueno, con un poco de imaginación ése es asunto resuelto.

Les recomiendo los libros Bésame mucho de Carlos González; Comparte el sueño con tu bebé de Claude-Suzanne Didierjean-Jouveau y Dormir sin lágrimas de Rosa Jové, para más información sobre los beneficios del colecho.

En un próximo post quisiera hablarles de las prácticas que muchos papás aplican para enseñar a sus hijos a dormir solos, de sus pros y contras. Hasta entonces.

3 comentarios:

  1. a nosotros nos pasó por etapas, mi marido no estaba de acuerdo con el colecho por principio y cuando llegamos a casa con Santiago recién nacido lo dejó en su cuna, en su cuarto, y el bebé durmió perfecto, y nosotros también (dentro de lo que cabe con las levantadas a darle cada cuatro horas). Desde entonces él ha dormido en su cuarto pero hay días que duerme conmigo, como que él mismo me hace saber que lo necesita, y mi marido lo acepta muy bien y hasta lo fomenta.
    Ahora ya tenemos varios meses que el bebé se duerme en su cuarto sin problemas, duerme hasta la madrugada y pide pecho, pero después ya no se quiere quedar en su cama --entonces amanece con nosotros. Yo lo llamo nuestro semi-colecho.
    nos funciona bien porque así los tres tenemos nuestro espacio pero también dormimos juntos sin conflictos ni empujones ni envidias. Hay días (pocos) que el bebé simplemente se sigue y le sale el sol en su cuarto; mientras tanto yo disfruto mucho poderme quedar leyendo hasta tarde, y despertar en las acurrucadas con el bebé. :) saludos.

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  2. Lo bueno que para todo hay gustos :) Y es que el temperamento de cada bebé es distinto, el chiste es conocerlos y ofrecerles lo que les va mejor. Saludos, Gaby.

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  3. Pues con mi hijo fue distinto, para empezar por la cuestion del reflujo todos los primeros 4 meses tuvo que dormir en el portabebe, asi que se acostumbro a dormir solito y despues lo pase a su cunita en el mismo cuarto con nosotros. Ahorita el ya duerme en su cuarto, yo solo tengo que acompanarlo mientras se queda dormido y solo algunas veces por que cuando esta muy cansado el solo se sube a su camita y se acuesta a dormir.

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