martes, 21 de diciembre de 2010

Las fiestas de fin de año

Ya entrados en el ambiente festivo que inunda estas fechas, les comparto este artículo de la argentina Laura Gutman, terapeuta familiar y escritora, quien ha sido para mí una de las mayores influencias en temas de crianza y maternidad.

Las fiestas de Fin de Año

Perdidos en el consumo de bienes materiales, olvidamos que estamos recordando el nacimiento del Niño Jesús y el mensaje de amor que traía consigo. Habitualmente estamos abocados a saber quién regaló qué cosas, quien se olvidó, quien cumplió con todos y si nuestra familia ha sido justa en la repartición de los obsequios. También comemos con exageración. Brindamos y bebemos más que de costumbre. Y a la cama. Si ésa ha sido la realidad durante los últimos años de festejos familiares, quizás podamos hacer pequeños movimientos que nos satisfagan más y que llenen de sentido esas noches tan especiales. Tal vez podamos volver a cierta intimidad, reunirnos con pocas personas y regalar a cada uno un escrito colmado de agradecimientos. Y para los niños, algo fuera de lo común, soñado, imaginado y en lo posible no muy caro. Los niños tienen derecho a recibir una hermosa carta escrita por Papá Noel felicitándolos por sus virtudes, firmada con letra dorada. Alguien puede regalar un breve concierto de piano o una pieza tocada en flauta dulce. Podemos abrir los álbumes de familia y mirar fotos viejas durante horas, mientras los niños descubren a sus abuelos con cabello, a sus padres siendo niños y a novios y novias que quedaron en el olvido. Sería emocionante ofrecer a los comensales dos minutos de tiempo para pedir un deseo en voz alta, comprometiéndonos a intervenir para que se haga realidad. Y desde ya, podemos hacer silencio. Pensar. Meditar. Rezar. Ponernos las manos en el corazón. Darnos cuenta que estamos juntos. Contarles a los niños algo relativo al nacimiento de cada uno de ellos. En fin, cualquier gesto amoroso, cargado de ilusión y respeto, que nos recuerde por qué estamos juntos, es perfecto para un verdadero día de fiesta compartida.

¿Y si hay familiares que no están dispuestos a modificar las rutinas repetidas en años anteriores? No pasa nada. Pero hay algo que sí podemos hacer: revisar si el modo en que históricamente hemos celebrado, ahora encaja con nuestra realidad. Por ejemplo, evaluemos si con bebes muy pequeños, vale la pena estar lejos de casa hasta altas horas de la madrugada, o si es saludable someter a los bebes, a ruidos y música inadecuados. Observemos si nuestros niños se sienten cómodos entre familiares que ven una sola vez por año. Registremos si estamos arrastrando a nuestros cónyuges a circuitos donde no son bienvenidos o se sienten incómodos. Examinemos si nuestro deseo está alineado, o bien si seguimos mandatos obsoletos como por ejemplo asistir a la casa de tal rama de la familia, porque siempre ha sido así y nunca nadie lo ha cuestionado. En cualquier caso, evaluemos si hemos organizado los festejos de fin de año de acuerdo a nuestra realidad familiar o en cambio, en base a los mandatos establecidos.

Sin ninguna duda -si hemos extraviado el sentido profundo de estas reuniones- los niños no tardarán en manifestar sus incomodidades a través de enfermedades, llantos o simplemente portándose muy mal. Si ése fuera el caso, en lugar de castigarlos, examinemos si hemos arrastrado a toda nuestra familia a un sitio absurdo, justo cuando era momento de encontrarnos con nosotros mismos.

Laura Gutman.



Vía: Laura Gutman - Newsletter Diciembre 2010

lunes, 13 de diciembre de 2010

No todo lo que brilla es oro



En este trajín de intentar adoptar hábitos de consumo más responsables y respetuosos con el medio ambiente, se nos atraviesan varios términos que puedes causar confusión y caer en contradicciones para vendernos la idea de que aquello que estamos adquiriendo se trata de un producto "verde" cuando en realidad está muy lejos de serlo.

Resulta que ahora está de moda ser "eco" y como toda moda se ha vuelto un comercio en el que lo importante es traer la etiqueta ecológica sin detenernos a comprobar la veracidad de tal adjetivo.

A continuación menciono algunos términos que pueden confundirnos y hacernos comprar gato por liebre.

Producto natural. Se trata de un artículo que está hecho de materiales naturales, es decir, sin procesar, lo más cercanos al estado en que se encuentran en la naturaleza. Sin embargo, el que sean naturales no significa que el proceso de siembra, recolección, empacado y distribución esté carente de agentes contaminantes como los fertilizantes, insecticidas, quema de combustible, etc.



Producto orgánico. A diferencia de los productos naturales, los productos orgánicos garantizan que el material y todo el proceso alrededor de la producción de tal producto está libre de prácticas en contra del medio ambiente, además de rescatar prácticas de cultivo tradicionales y procesos de producción artesanales. En México, el organismo con mayor presencia acreditado para certificar productos orgánicos es Bioagricert América.



Biodegradable. En muchos empaques de productos se puede leer esta leyenda, sin embargo, no significa ningún tipo de garantía puesto que la mayoría de los materiales se degradan con el paso del tiempo, es decir, se descomponen hasta integrarse de nuevo a la naturaleza, excepto aquellos materiales que contienen metales pesados. Entonces, cuando en una envoltura de plástico nos aseguran que es biodegradable no nos dicen que eso sucederá en 300 o 400 años, que el vidrio se degrada en 4 000 años, el aluminio el 450 años. Es por esto, que debemos preferir materiales como papel, cartón, madera, algodón, que tardan de 2 meses a 3 años máximo en su proceso de degradación.



Reciclable. Esta leyenda significa que el material que estamos adquiriendo puede someterse a un proceso en el que sus componentes se reutilizarán para producir nuevamente el mismo material, en vez de buscar materia prima nueva. El punto es que cuando adquirimos un producto reciclable debemos tomar en cuenta que al final de su vida útil debemos encargarnos de llevarlo a un centro de reciclaje o que el sistema de recolección de basura de nuestra ciudad haga lo propio. Un producto o material reciclable, no se recicla solo, los consumidores necesitamos encargarnos de que así sea.



Producto sustentable. Es aquel que durante toda su cadena de producción utiliza los recursos naturales, humanos y económicos de la manera más eficiente, inteligente y responsable, asegurando que las generaciones futuras puedan disfrutar de, al menos, lo mismo que nosotros tenemos ahora. Nosotros también podemos ser consumidores sustentables adquiriendo productos y servicios que realmente necesitemos de manera informada y consciente de los impactos y huella ecológica que deja el producto en sus ciclo de vida. Además de usar de manera eficiente estos productos y los desechos que generan.



Y bueno, quizá algunos de ustedes puedan tener algún otro concepto que les cause duda, pueden comentarlo y con gusto investigo para que a todos nos quede más claro.

Es importante recordar que una actitud ecológica requiere más que etiquetas que lo digan, se necesita ir más allá, preguntar e investigar para tener la seguridad que lo que compramos está debidamente certificado. No todo lo que brilla es oro, ni todo lo que es oro brilla.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Reutilizando las cajas de cereal

Ahora que estamos en época de fiestas y regalos les comparto este proyecto para no gastar en envolturas y no crear más basura de la que ya hay, dándole, a lo que estaría destinado a ser basura, un nuevo uso. Por medio del sitio Comparte tus ecoideas encontré esta idea de convertir las cajas de cereal vacías en una nueva caja para otros fines. La explicación paso a paso de cómo hacer estas cajas está aquí.



Aunque no lo parezca es bastante sencillo hacerlas, es cuestión de dedicarle un poco de tiempo. Estas son las que yo he hecho y no han quedado tan mal.





La simple caja con un listón de un bonito color queda perfecta para envolver algún regalo. Los niños pueden decorarlas a su gusto pegándole calcomanías o pintándolas. Yo las voy a usar para guardar algunas cosas como hilos, botones, listones, etc. que tengo desordenadas en un cajón; y seguramente se pueden encontrar muchos más usos.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Navidad consciente



Nuevamente, en El blog alternativo, encontré algo interesante para compartirles. Ya es diciembre y cada vez están más cerca las fiestas típicas de este mes y los días de terror en las tiendas comprando de todo. Chequen esto:

“La navidad no debería ser un calvario, sino un tiempo de reflexión, de alegría y de pasarlo bien con tus amigos y familiares”
Valentina Thörner da Cruz

(Artículo de Valentina Thörner da Cruz*, bloguera y autora del libro Miminamlismo anticrisis, en la sección El Lector Alternativo Aconseja)

Falta un mes hasta navidad. Ahora empieza la búsqueda frenética por los regalos, por las mejores decoraciones, por una navidad perfecta. Porque menos que perfecto no es aceptable. Tienen que ser los mejores regalos, la mejor comida, incluso el mejor mantel sobre la mesa para que nadie pueda decir que no nos preocupamos lo suficiente por nuestra familia.

La navidad se rige sobre todo por las apariencias. ¿La casa del vecino tiene más luces puestas? Vamos a comprar otros en la tienda del chino. Y que por favor brillen, tengan música y cambien de color cada 10 segundos. ¿El colega del trabajo presume de las cosas que regalará a su hijo? Vamos a buscar algo más importante para mostrar que nosotros también queremos nuestros hijos.

Y mientras tanto sube la tasa de endeudamiento en España y el estrés inducido por las expectativas de la navidad perfecta acaban con la armonía entre familias y amigos.

Pero existen alternativas. Con un poco de planificación puedes reducir mucho el estrés y también el impacto de tu navidad en el medio ambiente. Así ahorrarás dinero, emisiones de CO2, estrés, y mantendrás tu tranquilidad y tu conciencia ecológica. Utiliza estas estrategias que pueden ayudarte en tus preparativos navideños:

1. Planifica los regalos con antelación y fija un presupuesto antes de salir de compras. Evita las compras a última hora y de desespero (porque no has encontrado nada adecuado). En la duda siempre puedes optar por una cesta de navidad con productos variados, de preferencia de comercio justo.



2. Para envolver los regalos puedes recurrir al papel de embalar o al papel de periódico y embellecerlo con cintas de papel de revistas coloridas, cintas de tela, o incluso las cintas de regalos antiguos. Es mejor para tu bolsillo, mejor para el medio ambiente, e incluso más personalizado.









3. Aprovecha de las oportunidades que te ofrece internet. Hacer compras online puede ahorrarte muchas colas y estrés. Si no te fías de las compras online, entonces siempre puedes usar la red como fuente de información para tus planes. Algunas tiendas ofrecen la opción de hacer el pedido online y recoger y pagar los productos personalmente en la tienda.



4. En cuestión de adorno es mejor optar por los accesorios ecológicos y reutilizables y evitar las tiras de aluminio y espuma de nieve artificial que dificultan el reciclaje del árbol de navidad. Lo bueno es que puedes reutilizarlo cada año.







5. La época más estresante suele ser la semana justo antes de navidad. Para evitar las colas en las tiendas, vale la pena “fingir” que para ti navidad ya es el día 17. De esta forma tendrás todo terminando antes de esta fecha y puedes disfrutar del ambiente navideño en la última semana sin tener que recordar nada (única excepción: los ingredientes de la cena es mejor comprarlos un día antes).

6. Si la cena navideña será en tu casa, entonces aprovecha de tus invitados para que te ayuden a preparar la casa, servir las copas de bienvenida y mantener los niños bajo control. No eres un mal anfitrión/una mala anfitriona por pedir ayuda a tus amigos/pareja/familiares. Es muy probable que estén feliz de poder contribuir.



7. Si eres de las personas que les gusta enviar una actualización anual a los familiares y amigos, entonces déjalo para el periodo “muerto” entre navidad y año nuevo. Tendrás tiempo y tranquilidad suficientes para preparar las tarjetas, y los obsequiados estarán el doble encantados porque tu tarjeta será algo especial y no parte del montón que llega antes de navidad.

Recuerda, la navidad no debería ser un calvario, sino un tiempo de reflexión, de alegría y de pasarlo bien con tus amigos y familiares.


Fuente: El blog alternativo
Imágenes: Google